Trump traslada parte de sus tropas de Alemania a Polonia
Estos días son noticia las tensiones entre Alemania y Estados Unidos, con Polonia como invitado. Sin embargo esta tensión es algo que ya viene de años atrás y han culminado con la importante decisión de Donald Trump de trasladar parte de sus tropas de Alemania a Polonia.
El presidente de Estados Unidos ha señalado que se reducirán “muy significativamente” el número de efectivos desplegados a día de hoy en Alemania. La medida reduciría el número de tropas estadounidenses en Alemania a 25.000, de 34.500. Ello mermaría significativamente el peso de Estados Unidos en la defensa militar de Europa, bajo el paraguas de la OTAN. Todo ello se produce en un contexto de tensiones entre la administración Trump y sus socios europeos por gastos de defensa o relaciones comerciales, entre otros asuntos.
Alemania es el país europeo con mayor presencia militar norteamericana y el segundo del mundo después de Japón. El Estado Mayor de las tropas en Europa y África se encuentran en Stuttgart, la mayor base aérea fuera de Estados Unidos está ubicada en la localidad de Ramstein y Wiesbaden acoge el principal hospital militar del Pentágono en el extranjero.
A todo esto, cabe indicar que la reacción de la población alemana es favorable a la marcha de los efectivos militares estadounidenses. En su mayoría los alemanes apoyan la retirada de los militares de Estados Unidos de su país. Según una encuesta realizada por la compañía británica YouGov, el 42% de los entrevistados se ha manifestado a favor de la salida de los soldados norteamericanos desplegados en Alemania, frente a un 37 % de los germanos que rechaza esta retirada, y el 21 % que se ha mostrado indeciso.
Los alemanes, asimismo, rechazan la exigencia del presidente de Donald Trump de que los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aumenten el presupuesto de defensa al menos al 2% del Producto Interno Bruto (PIB).
Por su parte, Merkel había reaccionado asegurando que Estados Unidos ya no tendrá el papel automático de protector europeo y que, en referencia a la Cooperación Permanente Estructurada en Defensa, la Unión Europea (UE) debe seguir construyendo su “propio pilar de defensa común”.
En el trasfondo están las acusaciones de Trump a Alemania de no estar cumpliendo con su parte del trato a la hora de financiar los sistemas de defensa de la OTAN y de acercarse demasiado a Rusia. Trump ha estado presionando durante mucho tiempo para que el resto de la OTAN cumpla con el objetivo del gasto de defensa del 2 por ciento del PIB. Con la llegada al poder del presidente Trump, los Estados Unidos han aumentado de manera significativa las presiones sobre sus socios europeos para que incrementen sus gastos militares y adquieran más armas (por supuesto estadounidenses). Debemos recordar que Alemania se había comprometido a aumentar paulatinamente su presupuesto en Defensa hasta el 2 por ciento solicitado hasta 2024, pero no es suficiente para Trump.
Puede entreverse el indisimulado interés de Trump en potenciar la industria militar norteamericana.
Esta medida también puede ser una represalia de Estados Unidos por la falta de apoyo de Alemania en su estrategia con Irán. La amenaza inicial de retirada de tropas de suelo germano se produjo después de que el gobierno de Berlín hubiera dado la espalda a la diplomacia estadounidense en la negociación con Irán. Merkel había dejado claro que la marina alemana solo participaría en una misión militar si fuese liderada por la UE (y no por el ejército norteamericano). El problema de Irán no se reduce a una misión en el Golfo Pérsico de vigilancia, sino que las discrepancias son más de fondo, especialmente después de que Estados Unidos se retirase unilateralmente y sin siquiera consultar con el resto de los firmantes del acuerdo nuclear suscrito con Irán.
En su anuncio, Trump hizo referencia a las relaciones comerciales de Alemania con Rusia, en especial en el tema energético. En realidad hace referencia al gasoducto Nord Stream 2, por el cual Rusia amplía sus ventas de energía al resto de Europa a través de Alemania.
Además hay que tener en cuanta otros factores que han podido influir en la decisión de Trump, como por ejemplo la cercanía de las elecciones, o su antipatía por Alemania a quien ve como un competidor económico y acusa de beneficiarse sin contraprestación del gasto militar estadounidense.
El traslado de tropas a Alemania supondría un empeoramiento de las relaciones con Rusia, especialmente si ello incluye material nuclear.
Parte del argumento es que Rusia es una amenaza militar para Alemania y para Europa Occidental, pero ¿es esto cierto? La realidad muestra un contexto que en nada se parece a la Guerra Fría en la que las bases estadounidenses se establecieron en Europa. Además, esta falta de liderazgo puede tener el efecto contrario, puesto que los principales interesados en que surjan las discordias en la Alianza son precisamente aquellos a los que supuestamente hacen frente: Rusia y China.
La intervención rusa en Ucrania ha tenido como respuesta desde Washington un mayor incremento de tropas en la zona. Eso ha llevado a una mayor presencia estadounidense en Polonia y a un despliegue ampliado en los países del Báltico: Estonia, Letonia y Lituania. Por supuesto esta forma de actuar también tiene otra lectura: la rusa. Desde el punto de vista de Rusia se percibe la intención de rodearlos militar y geoestratégicamente.
De estas tensiones saca también beneficio Polonia, tradicional aliado de Estados Unidos, que albergará parte de las tropas estadounidenses trasladadas desde su país vecino y obtiene la promesa de acuerdos económicos. Ya en 2018 el presidente polaco, Andrzej Duda, pidió a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que estableciera una base militar permanente de Estados Unidos en Polonia “para plantar cara a Rusia”, y prometió llamarla Fort Trump. Cabe recordar la posición estratégica de Polonia, sus tensas relaciones con Rusia, y que Polonia está inmersa en un gran proyecto de renovación de sus Fuerzas Armadas (por ejemplo en marzo de 2018 compró a Estados Unidos un paquete de misiles antiaéreos Patriot por más de 4.700 millones de dólares). Además, no es baladí señalar que Andrzej Duda pertenece al partido nacionalista-conservador Ley y Justicia (PiS), que se siente más cercano a Estado Unidos que a la Unión Europea y que siempre se esforzó en destacar sus propias similitudes con Trump.
Por último, queremos recordar las palabras del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en vísperas de la cumbre de Bruselas en julio de 2018. Stoltenberg salió al paso de las críticas de Trump al escaso gasto en defensa de los socios europeos. Recordó que, en realidad, la cumbre de Gales no acordó llegar al 2% del PIB en 2024, sino “tender” hacia ese objetivo; y que EE UU no paga el 90% del presupuesto de la OTAN tal como afirmó Trump, sino el 22%.
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