La sonrisa y la mirada
Estos días dentro del Máster de Comunicación No Verbal, en las sesiones prácticas sale de modo recurrente el tema de la importancia de la sonrisa y la mirada. Lo cierto es que en esta estación del año entramos en una fase propicia para afianzar las relaciones en nuestro entorno. Hablamos de la importancia de los ojos, de la boca y de las sonrisas que está demostrando que son la herramienta perfecta para comunicar todo aquello que sentimos y que de otro modo, sobre todo a las persona tímidas, no podríamos nunca verbalizar. Para comprender el mensaje de la comunicación no verbal de las personas, es importante no fijarnos solo en un gesto aislado aunque este por si mismo ya este cargado de significado. Nos tenemos que fijar en las series de un mismo gesto y en las pequeñas micro señales que lo acompañan como un ligero temblor, etc.
Empezaré por los ojos ya que son el tema recurrente a los largo de los tiempos por su intensidad y su poder. Los ojos se muestran más o menos abiertos o cerrados según las distintas situaciones, los mismo que ocurre con las pupilas. Estas en principio son imperceptibles a primera vista, pero sin duda el cerebro de nuestro interlocutor las identificará de modo inconsciente. Así pues una pupila grande y dilatada, significa que nuestro cuerpo entra en fase de placentera observación. Al contrario una pupila pequeña es consecuencia de una descarga de adrenalina intensa y de un reflejo hostil que nos predispone a estar a la defensiva e incómodos.
En el antiguo Egipto ya se sabía todo esto, por lo que era costumbre y práctica habitual poner en los ojos unas gotas justo antes de un encuentro amoroso, o de negociación difícil con el objetivo de conquistar con cierta facilidad. Estas gotas eran la esencia de una planta llamada en Europa “Belladonna”.
Esta planta originaria del norte de África y oeste de Asia tiene unos principios activos que se extraen principalmente de la raíz y el fruto, que es una baya esférica y negruzca del tamaño aproximado de una cereza.
Sus propiedades son sedativas y analgésicas, lo que produce el efecto de dilatar las pupilas. Con ello conseguían una mirada más atractiva ya que este fenómeno de pupilas dilatadas está directamente ligado con la excitación sexual de los humanos. Siguiendo con la mirada decir que cuando dos personas se sienten atraídas el contacto visual entre ellas es mayor, aunque debe ser de modo entrecortado, porque atención, cuando un contacto visual es excesivo puede generar incomodidad por la sobrecarga de estímulos, con lo cual bloquearemos la reacción del otro.
Si a la mirada unimos la sonrisa es importante saber que si al sonreír o reír, mostramos o nos muestran el cuello girando hacia atrás la cabeza, quiere decir que esa persona se siente bien a nuestro lado. Otro dato los labios: cuando hay interés su expresión debe ser simétrica y relajada. Otro elemento clave es la posición del cuerpo que ayuda a reforzar el deseo de encuentro mutuo. Los cuerpos han se colocarse uno frente al otro girando ligeramente cada uno hacia su derecha en posición de avance. Nunca enfrentados o colocados uno al lado del otro en paralelo.
Y para terminar una cita, hoy la del escritor francés Tristan Bernard, dice así: “El primer beso no se da con la boca, se da con la mirada”.
Directora del Instituto Europeo Campus Stellae
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